David B. Wilkins, director del Centro de la Profesión Jurídica de Harvard Law School, lo tiene especialmente claro. "Los abogados tienen que aprender nuevas formas de trabajar, incluido el trabajo con nuevas tecnologías. En 2019, prácticamente todos los estudios jurídicos pensaban que el trabajo a distancia eficaz era imposible. La llegada del Covid obligó a toda la profesión a trabajar a distancia y los letrados descubrieron que no sólo era posible, sino que algunas tareas podían hacerse incluso mejor con herramientas como Zoom o Teams. Ahora es evidente que, a pesar de los esfuerzos de algunos altos dirigentes de los despachos, el sistema de trabajo híbrido ha llegado para quedarse", dice el profesor estadounidense.
En un periodo extraordinario como el actual, en el que conviven una crisis sanitaria global, una situación económica mundial compleja y volátil, un creciente llamamiento internacional a la sostenibilidad y la justicia social, así como asuntos como la ciberseguridad y protección de datos, los abogados cada vez tienen una carga de trabajo más importante.
En este sentido, David B. Wilkins afirma que este tipo de cuestiones aterrizan cada vez más en las mesas de los letrados de las principales firmas legales, pero también de los CEO de grandes empresas y de los abogados de las administraciones públicas y de las organizaciones no gubernamentales (ONG).
Como resultado, explica tras su charla inaugural en el Centro Lawahead de Abogacía de IE Law School en España, "los abogados tendrán que aprender a ir más allá de la mera prestación de asesoramiento jurídico, para trabajar en colaboración con otros profesionales con el fin de ayudar a los clientes privados y públicos a desarrollar soluciones hasta ahora insólitas y multidimensionales a estos retos que afectan directamente tanto al derecho como a las empresas y a la política pública".
El experto estadounidense resume este pensamiento proclamando que, actualmente, "necesitamos abogados con nuevas habilidades y nuevas responsabilidades".
Para acompañar esta versatilidad obligada de la profesión, los estudios deberán contar con las nuevas tecnologías -"la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático, como el ChatGPT3, están mejorando rápidamente", destaca- y, posiblemente, éstas terminarán sirviendo para suplir parte del trabajo jurídico y algunos empleos legales. "Sin embargo, pasará mucho tiempo antes de que la IA sea capaz de reproducir toda la sofisticación y el juicio de la inteligencia humana. Por tanto, los humanos tendrán que aprender a trabajar con las máquinas, no a luchar ni a rendirse ante ellas", identifica el director del Centro de la Profesión Jurídica de Harvard Law School.
A su entender, esto provocará que las facultades de Derecho y los estudios deberán colaborar para formar a la próxima generación de abogados en la comprensión de lo que "las máquinas pueden y no pueden hacer y en la mejor manera de utilizarlas para maximizar el valor global del trabajo jurídico, así como sobre el valor del pensamiento innovador y el juicio que los abogados humanos pueden aportar de forma única".
Retos y valores
David B. Wilkins destaca que los principales retos a los que se enfrentará la profesión el futuro pasan por la gestión del flujo de trabajo, el seguimiento de la evolución de los profesionales, la medición del rendimiento, la motivación al cambio y conseguir hacer evolucionar la cultura de la firma.
El profesor colaborador del Centro Lawahead de Abogacía de IE Law School concluye su apreciación sobre la profesión asegurando que, a pesar de todos los cambios, "los abogados tendrán que hacer frente a todos los cambios preservando los valores y objetivos fundamentales de la profesión. El Estado de derecho, el acceso a la Justicia y la protección de los derechos y los valores democráticos son más importantes que nunca. Los letrados tienen un papel clave en el mantenimiento de estos valores fundamentales y la profesión tendrá que trabajar para entender cómo seguir haciéndolo".
Investigación, reflexión e innovación
El profesor y director del Centro de la Profesión Jurídica de Harvard Law School, David B. Wilkins, tiene claro que todo está en constante movimiento y evolución, y que nunca hay que aceptar el estancamiento como solución. Mantener los estándares en los niveles más altos, en cuestión de valores y derechos fundamentales, es esencial y por eso son tan importante "los centros en los que se investigan de forma sistemática e imparcial estas cuestiones, ya que ofrecen un foro de encuentro a los principales profesionales, académicos, estudiantes y responsables políticos". Wilkins se refiere a espacios de pensamiento como el que dirige en Massachusetts o como el Centro Lawahead de Abogacía de IELaw School "que se convertirá", afirma, "en una plataforma esencial para reunir a líderes de España y debatir asuntos críticos".
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